Rito funerario Buguia
Los Buguias son una pequeña tribu de la región de Benguet, en Filipinas. En esta comunidad, los cadáveres son embalsamados utilizando hierbas y humo. Antes de morir, se administra al moribundo una bebida salada, con la creencia de que esto ayuda a preservar el cuerpo. Tras el fallecimiento, el cuerpo se lava y se coloca sentado en una silla (“silla de la muerte”) a la entrada de la casa. Se encienden hogueras para ahumar al difunto lo que ayuda a secar y preservar sus tejidos.
Durante el velatorio, que puede durar varias semanas, los familiares y amigos visitan la casa del fallecido para rendirle homenaje y compartir comida y bebida.
Después del período de duelo, el cadáver se traslada a una cueva o sepultura especial en las montañas, donde se conserva en la posición en la que fue preparado. Se cree que mantener al difunto sentado ayuda a que su espíritu ascienda más fácilmente al más allá.
Rito funerario Toraja
En la cultura de los toraja, un grupo étnico de la isla de Sulawesi (Indonesia), la muerte no marca el final inmediato de la vida social de una persona. Según su tradición, los muertos son tratados como si estuvieran enfermos en lugar de fallecidos. Se les mantiene en casa durante semanas, meses o incluso años, mientras la familia ahorra para realizar un gran funeral. Mientras ahorran, quienes comparten casa con el embalsamado le dan de comer, le asean… y es que hasta que no recibe las exequias no se le considera un difunto. El cuerpo es preservado con hierbas y formaldehído hasta que se lleva a cabo el “Rambu Soló”, una ceremonia fúnebre elaborada con sacrificios de búfalos y cerdos. Posteriormente, el difunto es colocado en un nicho tallado en una cueva o en un ataúd colgante.
Rito funerario del entierro en el cielo
Esta práctica, conocida como “Jhator”, es un rito budista tibetano que consiste en desmembrar el cuerpo del fallecido y dejarlo en la cima de una montaña para que los buitres lo devoren. Se cree que este acto ayuda al alma a alcanzar la iluminación, al liberar el cuerpo de la vida terrenal y permitir que la naturaleza lo recicle. Es común en regiones donde el suelo es demasiado rocoso para el entierro y la leña escasa para la cremación. Este rito es practicado en Tíbet, Mongolia e incluso algunas zonas del Himalaya en India y Bután.
Rito funerario de los Ataúdes colgantes
Este antiguo rito funerario se encuentra principalmente en China (etnia Bo), Filipinas (tribu Igorot) y algunas zonas de Indonesia. Consiste en colocar los ataúdes en acantilados o cuevas montañosas, en lugar de enterrarlos bajo tierra. La creencia detrás de este ritual es que cuanto más alto esté el ataúd, más cerca estará el espíritu del cielo. Además, esta práctica evitaba que los cuerpos fueran perturbados por animales o inundaciones. Aunque ya no es común, aún pueden verse ataúdes colgantes en lugares como Sagada (Filipinas) y la provincia de Sichuán (China).
Rito funerario: Zoroastrismo
Este culto minoritario asentado en Irán parte de la premisa de que los cadáveres son impuros. Y es que, para sus practicantes, como sucedía en el entierro celestial, el cuerpo sin alma no es nada.La despedida que los seres queridos realizan al fallecido es de lo más curiosa. En primer lugar, bañan al cadáver en orina de toro y es bendecido por un perro sagrado. Posteriormente los restos mortales se trasladan a la llamada Torre del Silencio, donde el muerto se convertirá en pasto para buitres.
Sopa de cenizas
El pueblo yanomamo o yanomami que habita en el Amazonas está convencido de que la muerte no es un fenómeno natural, sino que ha sido provocada por un chamán de alguna tribu rival por algún motivo. Por eso, tras un largo periodo de duelo durante el que intentan averiguar la razón de este desenlace, llega el momento del funeral.Ese día el cadáver se incinera junto a sus pertenencias, ya que ven en el entierro una suerte por parte del difunto. Una semana después de su incineración se lleva a cabo el reparto de las cenizas entre familiares y amigos. Por si la repartición no fuese suficiente, se organiza un rito conocido como “reahu”, durante el que se elabora una sopa de plátano para todos con las cenizas.
Rito funerario: Femadihana
El Famadihana, conocido como la “ceremonia del regreso de los muertos”, es un rito funerario tradicional del pueblo merina en Madagascar. Se lleva a cabo cada siete años aproximadamente y consiste en desenterrar los cuerpos de los ancestros, envolverlos en nuevas telas funerarias y bailar con ellos en una gran celebración.
Tradiciones funerarias prohibidas
Rito funerario Satí
Por razones obvias, algunas de las tradiciones funerarias más salvajes están prohibidas. Un ejemplo es el Satí. Se trata de un ritual hindú en el que las viudas se lanzaban al fuego -de manera voluntaria, en ocasiones; otras veces, obligadas-, cuando sus maridos eran incinerados. Esta inmolación se consideraba un acto de devoción y pureza, y fue prohibido en 1829 bajo el dominio británico en India.
Rito funerario del pueblo Dani (Papúa Nueva Guinea)
Otro ejemplo es el rito del pueblo Dani de Papúa Nueva Guinea que imperó durante mucho tiempo en ese poblado. Allí los familiares de los muertos se amputaban sus falanges para hacer con ellas collares que colgaban del cuello de los fallecidos. La intención era que una parte de ellos acompañara al difunto en su paso al más allá.
Lo practicaban principalmente mujeres y niñas, aunque en algunos casos también participaban hombres. Las niñas entre 6 y 11 años eran sometidas a esta práctica tras la muerte de un familiar cercano. Utilizando una piedra afilada o cuchilla, se cortaba la falange superior de uno o varios dedos. Posteriormente, la herida se cubría con hojas de banano para evitar infecciones.
Necro-canibalismo de los aghori (India)
Los aghoris, una secta ascética hindú, practican rituales extremos que incluyen el consumo de carne humana de cadáveres no incinerados del río Ganges. Consideran que todo es sagrado, incluso la muerte, y utilizan los restos en ritos de purificación, vistiendo ropas del difunto o untándose con sus cenizas. Aunque no está explícitamente prohibido, esta práctica es ilegal en India por violar leyes sanitarias y de respeto a los restos humanos. Utilizan cráneos como cuencos y huesos en sus rituales, simbolizando la aceptación de la mortalidad.
Los Aghori utilizan restos humanos que encuentran en los crematorios o que flotan en el río Ganges. Estos suelen ser cuerpos no reclamados o de personas cuyas familias no pueden permitirse una cremación adecuada. El consumo de carne humana simboliza la aceptación total de la realidad, incluida la muerte. Para los Aghori, todo en el universo es una manifestación de lo divino, incluido el cuerpo humano después de la muerte. Al consumir restos humanos, buscan una conexión más profunda con lo divino y la comprensión de la unidad de todas las cosas.