Qué fue la “pantaná” de Tous

La rotura de la presa de Tous, ocurrida el 20 de octubre de 1982, fue uno de los desastres naturales más devastadores en la historia de España. Situada en la provincia de Valencia, la presa de Tous cedió bajo una tremenda presión del agua acumulada tras intensas lluvias en la región, que desencadenaron una serie de acontecimientos catastróficos conocidos como la “pantaná de Tous”.

Causas de la rotura de la presa de Tous

La rotura fue provocada por una serie de factores naturales y técnicos. Durante días, el territorio valenciano estuvo sometido a un fenómeno meteorológico extremo, conocido como “gota fría”, que generó lluvias intensas e ininterrumpidas. El día de la rotura, se registraron precipitaciones récord, de más de 1.000 l/m2 en 24 horas en algunas zonas. Estos niveles de agua superaron la capacidad de la presa, diseñada para retener agua en el río Júcar. Investigaciones posteriores confirmarían errores cometidos. A pesar de las intensas lluvias que se estaban produciendo, no se dio la orden de abrir las compuertas hasta que el agua pasaba saltaba por encima de la presa. Cuando esa orden llegó, la tormenta había afectado al sistema eléctrico y las compuertas no pudieron abrirse. El exceso de agua y la falta de capacidad de evacuación llevaron al colapso de la estructura.
Un detalle técnico relevante fue que la presa no contaba con sistemas de emergencia adecuados para una situación de tales proporciones, y el diseño de la época no anticipó el fenómeno de precipitaciones tan intensas que se presentarían en esa ocasión. Finalmente, a las 19:15, el muro de la presa cedió, liberando una cantidad masiva de agua en pocas horas.

Consecuencias de la “pantaná” de Tous

La ruptura liberó una gran avalancha de agua y lodo que barrió el valle del Júcar, alcanzando varios pueblos aledaños en cuestión de minutos. La catástrofe se llevó vidas humanas, destruyó infraestructuras y desplazó a miles de personas. Se estima que el nivel del agua en algunas poblaciones, como Alzira, Carcaixent y Algemesí, llegó a los seis metros, causando daños incalculables en viviendas y negocios. El total de daños materiales se valoró en más de 50.000 millones de pesetas, una cifra astronómica para la época, y el suceso provocó 40 muertes confirmadas, aunque muchas personas quedaron desaparecidas y 300.000 personas perdieron su vivienda.
Los efectos económicos y sociales fueron devastadores. Miles de familias perdieron sus hogares y sus medios de subsistencia. La región quedó marcada por un largo proceso de reconstrucción, que incluyó no solo la restauración de viviendas e infraestructuras sino también la implementación de sistemas de control y alertas de seguridad para evitar un suceso similar.

Tras la tragedia, se diseñaron mejoras en las normativas de construcción y mantenimiento de presas en España. Además, se desarrollaron planes de gestión del agua más rigurosos y políticas de prevención para casos de lluvias torrenciales. El desastre de Tous impulsó una revisión exhaustiva en el diseño de presas en todo el país, y a raíz de este suceso se desarrollaron estándares técnicos mucho más estrictos en construcción de embalses.
Este evento también modificó la percepción sobre los fenómenos meteorológicos extremos en la región mediterránea. Se inició un proceso para mejorar los sistemas de alerta temprana y para concienciar a la población sobre cómo reaccionar ante tales eventos.